Este consentimiento quita al moribundo su derecho de afrontar el acto final de su vida, su propia muerte. En ese momento el médico y la familia suplantan al enfermo y lo despojan del conocimiento de esta decisión.
La sedación se compone de varios fármacos: tranquilizantes, benzodiacepinas y analgésicos mórficos. La clave de su utilización está en las combinaciones contraindicadas y en las cantidades administradas.
En cuanto a los fármacos más habituales:
- Morfina, cloruro mórfico: se suele utilizar por vía intravenosa (IV), bien en un gotero, o bien en su bote independiente del gotero. También se administra directamente en la palomilla.
- Midazolam (dormicum): también IV.
- Haloperidol, buscapina, amitriptilina, imipramina, carbamazepina, clonacepam, fenitoína, valproico ácido, mexiletina, dexametasona, metilprednisolona, prednisona, prazosina, capsaicina, calcitonina, clonidina, dextrometorfano, ketamina, ácido etidrónico, calcitonina, clodrónico ácido, estroncio-89, clorpromazina, levomepromazina, escopolamina, octreótido.
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