Para cualquier paciente terminal, afrontar el hecho de su propia muerte es la cosa más difícil de asimilar. Si el paciente es un niño pequeño es, posiblemente, más difícil.Los adultos a menudo se sienten confundidos e inseguros sobre la forma de darle al niño una respuesta de apoyo para afrontar la situación.
¿Qué sucede cuando una persona muere? ¿Adónde van los muertos?, son de las preguntas más comunes que los niños realizan.
Para muchos adultos el tema de la muerte es extremadamente difícil. Para esto se requiere reconocer que la muerte es un proceso natural para todas las personas. Los niños pueden tener problemas para visualizar la muerte y pueden desarrollar temores acerca de lo que pasa después de la muerte, lo que se siente cuando uno se muere y lo que podría sucederle si sus padres fallecen. Los padres deben tratar de hablar abiertamente acerca de la muerte con sus hijos en caso de que ellos pregunten o si la situación lo necesita
El tema de la muerte se debe hablar en forma clara y en un lenguaje que el niño pueda entender a su edad y grado de desarrollo. El concepto de muerte es un concepto variable, varía con la edad y es algo que se debe tener en cuenta
- En edades de 0 a 2 años, la muerte se ve como una separación o abandono. No hay una comprensión cognoscitiva de la muerte por parte del niño y se siente desesperado por la interrupción del cuidado que se recibe.
- En edades de 2 a 6 años, es frecuente que el niño crea que la muerte es reversible o temporal.También se puede percibir como un castigo el hecho de morir. Además pueden presentarse pensamientos mágicos de que los deseos se vuelvan realidad; se puede sentir culpabilidad por haber tenido sentimientos negativos hacia la persona que murió y creer que eso fue la causa de la muerte.
- En edades de 6 a 11 años, se le da una comprensión gradual del carácter irreversible y definitivo de la muerte. Por otra parte se demuestra un razonamiento concreto con capacidad de comprender la relación causa y efecto.
- En edades de 11 años o más, los niños ya comprenden que la muerte es irreversible universal e inevitable. Presentan un pensamiento abstracto y filosófico.
Los miembros de la familia deben saber que mostrar sentimientos de shock, incredulidad, culpa, tristeza e ira no sólo son normales, sino que ayudan y el hecho de compartir con el niño estos sentimientos, al igual que los recuerdos de la persona que ha muerto, reducen la sensación de soledad que el niño experimenta.La tristeza es un proceso que se revela con el tiempo. El shock inicial y la negación pueden cambiar a tristeza e ira que pueden durar semanas o meses, aunque algunos niños parecen no mostrar respuesta emocional hacia la muerte, lo que puede ser desconcertante para algunos miembros de la familia
Es necesario tranquilizar a los niños y asegurarles que tendrán amor y cuidado constante de un adulto. Además, se les debe tranquilizar y convencer de que ellos no son culpables ni pudieron evitar la muerte del ser querido.
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