lunes, 31 de enero de 2011

Una vez más, la importancia de los cuidados paliativos.

CIS
Según publica el periódico El País, condenan al Instituto Catalán de la Salud (ICS), que depende del Departamento de Salud, a pagar una indemnización de 20.000€ a la familia de un paciente por daños morales al no recibir un correcto tratamiento paliativo.


La familia asegura que el paciente, con un cáncer terminal, sufrió un "vía crucis" durante los ocho meses que duró su enfermedad.
Los jueces dicen que se cometieron una cadena de errores que llevaron al paciente a acudir al hospital hasta en diez ocasiones. Llegó a recibir tratamiento paliativo en Marzo del 2000, dos meses antes de su fallecimiento, pero todo el sufrimiento que había padecido hasta ese momento pudo ser mitigado. Las pruebas periciales apuntan a un retraso en el diagnóstico, tanto en la derivación del médico de cabecera al especialista, como en la pruebas que demuestran sospechas, síntomas que no desaparecen y deterioro progresivo.

jueves, 27 de enero de 2011

La enfermedad terminal en los niños.


Para cualquier paciente terminal, afrontar el hecho de su propia muerte es la cosa más difícil de asimilar. Si el paciente es un niño pequeño es, posiblemente, más difícil.Los adultos a menudo se sienten confundidos e inseguros sobre la forma de darle al niño una respuesta de apoyo para afrontar la situación.
¿Qué sucede cuando una persona muere? ¿Adónde van los muertos?, son de las preguntas más comunes que los niños realizan.
Para muchos adultos el tema de la muerte es extremadamente difícil. Para esto se requiere reconocer que la muerte es un proceso natural para todas las personas. Los niños pueden tener problemas para visualizar la muerte y pueden desarrollar temores acerca de lo que pasa después de la muerte, lo que se siente cuando uno se muere y lo que podría sucederle si sus padres fallecen. Los padres deben tratar de hablar abiertamente acerca de la muerte con sus hijos en caso de que ellos pregunten o si la situación lo necesita
El tema de la muerte se debe hablar en forma clara y en un lenguaje que el niño pueda entender a su edad y grado de desarrollo. El concepto de muerte es un concepto  variable, varía con la edad y es algo que se debe tener en cuenta

  • En edades de 0 a 2 años, la muerte se ve como una separación o abandono. No hay una comprensión cognoscitiva de la muerte por parte del niño y se siente desesperado por la interrupción del cuidado que se recibe.
  • En edades de 2 a 6 años, es frecuente que el niño crea que la muerte es reversible o temporal.También se puede percibir como un castigo el hecho de morir. Además pueden presentarse pensamientos mágicos de que los deseos se vuelvan realidad; se puede sentir culpabilidad por haber tenido sentimientos negativos hacia la persona que murió y creer que eso fue la causa de la muerte.
  • En edades de 6 a 11 años, se le  da una comprensión gradual del carácter irreversible y definitivo de la muerte. Por otra parte se demuestra un razonamiento concreto con capacidad de comprender la relación causa y efecto.
  • En edades de 11 años o más, los niños ya comprenden que la muerte es irreversible universal e inevitable. Presentan un pensamiento abstracto y filosófico.
Los miembros de la familia deben saber que mostrar sentimientos de shock, incredulidad, culpa, tristeza e ira no sólo son normales, sino que ayudan y el hecho de compartir con el niño estos sentimientos, al igual que los recuerdos de la persona que ha muerto, reducen la sensación de soledad que el niño experimenta.La tristeza es un proceso que se revela con el tiempo. El shock inicial y la negación pueden cambiar a tristeza e ira que pueden durar semanas o meses, aunque algunos niños parecen no mostrar respuesta emocional hacia la muerte, lo que puede ser desconcertante para algunos miembros de la familia

 Es necesario tranquilizar a los niños y asegurarles que tendrán amor y cuidado constante de un adulto. Además, se les debe tranquilizar y convencer de que ellos no son culpables ni pudieron evitar la muerte del ser querido.

domingo, 9 de enero de 2011

Las úlceras por presión

Los pacientes terminales en cuidados paliativos suelen tener una movilidad reducida, bien sea porque son pacientes que se encuentran encamados o porque utilizan una silla de ruedas. De todos modos son pacientes de riesgo para desarrollar las llamadas úlceras por presión.
Ulceras por presión
View more presentations from robertopipo.

jueves, 6 de enero de 2011

Sedación terminal.

En muchos casos de enfermos terminales, cuando llega el momento se plantea la posibilidad de administrar sedantes, más conocida como la sedación terminal. Esta sedación constituye la administración deliberada de fármacos para producir una disminución suficientemente profunda y previsiblemente irreversible de la conciencia en un paciente cuya muerte se prevé próxima, con la intención de aliviar un sufrimiento físico y/o psicológico inalcanzable con otras medidas y con el consentimiento explícito, implícito o delegado del paciente.
Este consentimiento quita al moribundo su derecho de afrontar el acto final de su vida, su propia muerte. En ese momento el médico y la familia suplantan al enfermo y lo despojan del conocimiento de esta decisión.
La sedación se compone de varios fármacos: tranquilizantes, benzodiacepinas  y analgésicos mórficos. La clave de su utilización está en las combinaciones contraindicadas y en las cantidades administradas.


En cuanto a los fármacos más habituales:

  1. Morfina, cloruro mórfico: se suele utilizar por vía intravenosa (IV), bien en un gotero, o bien en su bote independiente del gotero. También se administra directamente en la palomilla.

  1. Midazolam (dormicum): también IV.

  1. Haloperidol, buscapina, amitriptilina, imipramina, carbamazepina, clonacepam, fenitoína, valproico ácido, mexiletina, dexametasona, metilprednisolona, prednisona, prazosina, capsaicina, calcitonina, clonidina, dextrometorfano, ketamina, ácido etidrónico, calcitonina, clodrónico ácido, estroncio-89, clorpromazina, levomepromazina, escopolamina, octreótido.

Porque quiero morir.

" Porque la vida para mí, en este estado, no es una vida digna". Con estas palabras  Ramón Sampedro defiende su derecho a una muerte digna y pide ayuda para poder llevar a cabo este cometido en la película Mar Adentro. Esta historia que ha sido llevada al cine es, posiblemente, la más conocida pero no es la única. Día a día miles de personas tienen el mismo dilema que tenia Ramón. Ramón pedía ayuda para morir, es la denominada eutanasia.


 La eutanasia se define según la RAE como "Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él". Como anuncia el periódico público el 26/06/2008 esta definición será sustituida por la siguiente definicion : “Uso de procedimientos que, aplicados por personal médico a pacientes desahuciados, anticipan o provocan su muerte para evitarles sufrimientos extremos”. Este cambio se producirá en este año 2011 aunque no será publicado hasta el 2013.
Así se abre un gran debate entre la vida, la muerte y el derecho a escoger cuando poner fin a nuestra existencia.




No son pocos los partidarios de esta medida, aunque también son muchos los que están en contra. A estos últimos pertenece un grupo  muy considerable de personas que opinan que no está en nuestras manos poder decidir cuándo morir, si no que eso compete a un ser superior como puede ser, el caso de los católicos, los que piensan que es decisión de Dios. Además la fe en Dios puede ayudar a comprender la muerte y a afrontarla.


El debate sigue abierto.